lunes, 30 de marzo de 2015

Venezuela, año 2115

   Durante una buena parte del siglo XX y parte del XXI, nuestro país vivió del aprovechamiento de sus recursos naturales, en especial, del petróleo. Cuando el precio de los hidrocarburos era alto, había abundancia, prosperidad, riqueza;  todo se resolvía por tener exceso de un mineral; pero en cambio, cuando el precio del oro negro era bajo entrabamos en crisis.
Esto pasó infinidad de veces hasta el agotamiento de la riqueza petrolera. A continuación entramos en una etapa de marasmo e inacción que estuvo a punto de acabar con nosotros. Estábamos acostumbrados a vivir de las rentas, la vida fácil; al agotarse el preciado recurso natural no supimos qué hacer.
En algún momento de la historia, la creatividad, el trabajo y la persistencia nos salvó. El venezolano demostró estar a la altura de las dificultades.
En este año 2115, Venezuela es un país muy distinto al que fue hace sólo cien años.
Éramos derrochadores de energía; ahora la que tenemos es administrada a conciencia, pues sabemos lo mucho que cuesta generarla. Somos líderes regionales en la producción de energías renovables como la solar, eólica, hidroeléctrica y térmica. Estamos comenzando a usar la fusión y otras fuentes no contaminantes. En vez de tirar la basura por todos lados hemos aprendido a clasificar y reciclar. Una buena parte de la generación eléctrica se saca sólo de los desperdicios.
Fuimos terribles en producción de alimentos. Siempre se habló de soberanía alimentaria, de producir los comestibles que consumíamos para no depender de los demás. Probablemente estuvimos casi de último en el ranking mundial de producción de comida; pero ahora, ¡Quién lo hubiera pensado!, somos una potencia agropecuaria.
Hemos hecho verdaderos milagros en regiones como la Zuliana, en dónde, mediante el uso de estructuras cerradas y refrigeradas, producimos buena parte de las flores del mercado mundial. Hasta nos hemos dado el lujo de criar ganado Holstein, propio de las llanuras holandesas ¡al lado de la ciudad de Maracaibo!
Siempre se pensó que las grandes extensiones de cultivo de arroz en el estado Portuguesa se podían aumentar casi hasta el infinito, es el terreno ideal; por eso, el sembrado de este grano ha alcanzado niveles importantes, siendo nosotros uno de los proveedores principales de China y el mercado asiático.
En otras entidades del país, se cultivan ingentes cantidades de maíz, soya, caraota, papa, fresa, naranja, plátano y mucho más. El ganado cebú, el búfalo y el brahmán pasta a sus anchas en grandes extensiones del estado Guárico Apure y Barinas. Ahora somos proveedores cárnicos de países como Argentina o Brasil; en el pasado, líderes en estos rubros.
Una importante fuente de ingresos lo constituye el turismo. Margarita desplazó hace años a destinos tradicionales del Caribe como Cancún, Punta Cana, Aruba o Miami. Oleadas de turistas provenientes de Europa, Norteamérica y Asia llenan nuestras playas.
Somos líderes en ecoturismo a nivel mundial. Llevamos muchos excursionistas a selvas y sabanas. No alteramos el equilibrio ecológico; tratamos de que la intervención humana no afecte esos lugares. Regiones como Guayana o el Amazonas, son ahora grandes parques nacionales; para no repetir la tragedia de Brasil, en donde la mayor parte de la Amazonia fue destruida.
El cambio climático produjo la desaparición de los glaciares que conforman “las cinco águilas blancas”, los picos nevados del estado Mérida. Nuestra ignorancia y soberbia hizo esto. Ahora todo es distinto, mediante la manipulación del clima hemos logrado crear y conservar la nieve en las cumbres andinas. Grandes estaciones de esquí y bellos hoteles salpican las laderas del pico Bolívar, Humbolt, Bonpland, La Concha y El Toro. Unas telesillas llevan a los visitantes a las crestas de las montañas ¡Tenemos más turistas de invierno que Suiza!
En ciencia y tecnología hemos avanzado muy rápido. El valle de San Diego, al lado de Valencia, es ahora el nuevo “Silicon Valley”. Dejamos de ser sólo ensambladores de partes electrónicas; las computadoras cuánticas se diseñan y producen en esta zona. El Instituto Tecnológico de Carabobo, el CIT, ha desplazado a universidades como la de Stanford o el Instituto Tecnológico de Massachusetts en la producción de ingenieros electrónicos y de sistemas.
La zona industrial de Valencia, otrora un cementerio de empresas industriales, es ahora un polo de desarrollo. No podía ser de otra manera. La ubicación privilegiada de esta zona en el centro del país, las conexiones de transporte terrestre y aéreo con el resto de la nación y su cercanía con el principal puerto marítimo ha potenciado su uso para producir los bienes que necesitamos y exportamos al mundo.
La región de Guayana tiene ahora el nuevo “valle del Ruhr”. Así como esta región de Alemania, nosotros tenemos algo similar. Inmensos ríos como el Orinoco o el Caroní, depósitos minerales como bauxita, hierro, uranio u oro; energía hidroeléctrica. Esta combinación de elementos ha generado una zona de fabricación siderúrgica única, con niveles de producción de acero, aluminio, titanio y aleaciones sólo superados por China o Rusia.

Nuestra educación es del primer mundo. Todos nuestros muchachos salen de los institutos y universidades hablando los principales idiomas de uso en la sociedad industrializada. Es normal escuchar a los profesionales hablar en idioma Mandarín, inglés o Francés.
Nuestro primer premio Nobel, egresado de la ilustre Universidad Central de Venezuela (UCV), es coautor, junto a un chino, de una investigación que logró la cura del cáncer.
La capital de la nación ahora se llama Orinoquia. Está ubicada al sur del estado Guárico, en un nuevo distrito capital.
Durante mucho tiempo existió la interrogante de porqué muchos venezolanos tenían que vivir apretujados en la región capital. Millones de habitantes llegaron a establecerse sin control en este lugar, llegando a colapsar el espacio, los recursos y el aire respirable. Durante una buena parte del siglo XXI surgieron estudios de hacia dónde tenía que ser mudado el centro político y administrativo de la nación. La ubicación no podía ser más clara, cerca del centro geográfico, al lado del río Orinoco y en una región considerada el corazón de Venezuela, el llano.
Nuestra nueva y flamante capital, al estilo de Brasilia o Washington, es grande, con inmensas y anchas avenidas, muchas zonas verdes y monumentos; de bajo perfil, más ancha que alta. El centro de la ciudad exhibe con orgullo los nuevos edificios que albergan el poder legislativo, ejecutivo y judicial. El presidente de la nación dirige al país desde su palacio revestido en mármol, ubicado en el centro de la ciudad; al lado de un lago artificial y rodeado de muchos bosques.
Desde hace mucho tiempo el principal medio de transporte dejó de ser el terrestre. En el siglo XXII nos desplazamos rápidamente en vehículos aéreos autónomos a velocidad subsónica. El Aero 3.000, nuestro flamante diseño aeronáutico “made in Venezuela”, es usado regularmente a través de una maraña de aerovías que cruza el espacio aéreo. Para desplazamientos a grandes distancias usamos unos conductos subterráneos a baja presión por dónde circulan trenes de diseño aerodinámico. Este sistema une a la capital del país con las principales ciudades, llevando a los pasajeros en menos de quince minutos al destino más alejado.
Poseemos un espacio-puerto, ubicado en el estado Guárico; para dar acceso a satélites de órbita ecuatorial y transporte a nuestra estación espacial.
La política es equilibrada. Hay mucho respeto, tolerancia y libertad en nuestro país. Hace tiempo dejamos de pelear, eso sólo nos condujo al caos y la ruina. Los dos principales partidos políticos se alternan en el poder, así fue en una parte de nuestra historia, pero con una gran diferencia, ahora nos entendemos.
Por ley, el estado aplica políticas sociales que benefician a los venezolanos. Todos tenemos una vivienda digna, una educación de calidad y un servicio salud de primer orden. No hay gente necesitada, la nación se encarga de ello. Vivimos en un estado de beneficios; pero claro, para poder mantenerlo tenemos que ser muy productivos.
En la capital, Orinoquia, una gigantesca bandera tricolor ondea con orgullo sobre nuestro sagrado suelo. Hace cien años, ¿quién iba a imaginar siquiera que podíamos tener una maravillosa nación como la nuestra? Simón Bolívar debe estar contento allá en dónde esté porque después de mucho revolcarse en la tumba descansó como bien lo tiene merecido. No hizo falta que cabalgara de nuevo para liberarnos, nosotros sólo lo conseguimos; eso sí, nos tomó mucho tiempo, paciencia y dedicación, pero aquí estamos. Levantamos con optimismo nuestra frente porque el presente de Venezuela es grandioso, el futuro luminoso y el pasado quedó atrás. Lo que pasó está allí sólo para recordarnos que no debemos cometer de nuevo los mismos errores.

Nuestro barco tricolor

    Había una vez un hermoso barco que navegaba en el océano de la prosperidad, por la ruta hacia el progreso. El navío no era de lujo pero estaba bien construido. Encima de su línea de flotación y a lo largo de toda su estructura, el buque exhibía una triple franja de colores amarillo, azul y rojo, con ocho estrellas blancas en su franja media. En su jardín, ubicado en la cubierta superior, había araguaneyes, bucares, samanes, chaguaramos, caobos; complementados con muchas matas de mango. Haciendo tono con esta exuberancia vegetal volaban alrededor del lugar guacamayas, pericos, turpiales, arrendajos, cardenales y alguna que otra corocora. La piscina, ubicada a popa, servía de hogar a guabinas, cachamas, palometas, tortugas y caimanes. Alrededor del estanque corrían dantas, venados, pumas, araguatos y muchos chigüires. En el fondo de la construcción naval había un inmenso depósito de combustible, suficiente para darle la vuelta al mundo miles de veces.
El buque tenía todo lo que podía ofrecer una embarcación de su tipo. Los ocupantes de este barco disfrutábamos de la buena vida; no lo teníamos todo pero tampoco nos faltaba mucho. Las personas en este navío nos considerábamos afortunados porque Dios había hecho un inmenso regalo al partir de la botadura del buque; podíamos disfrutar de muchas cosas, pero había una condición: en el futuro tendríamos que buscar nosotros mismos los recursos para subsistir. Dios fue claro, los recursos no durarían toda la vida.
Como muchos regalos recibidos por los seres humanos, este no fue bien apreciado por los habitantes del barco; es más, con el tiempo nos dedicamos a gastarlo a manos llenas sin preocuparnos mucho por el porvenir. Nos dispusimos a festejar todo el año; por eso, fuimos lo mayores consumidores del planeta de whisky escocés, en especial, el de doce años. El navío hacía muchas escalas en Miami en donde nos dieron el apodo de “ta`barato” porque comprábamos de todo diciendo: “ta`barato, dame dos”. Como el buque tenía muchas cubiertas dedicadas al descanso, allí nos congregábamos muchos pasajeros a disfrutar de días feriados y vacaciones, cómodamente instalados en sillas reclinables, admirando el paisaje y con una fría bebida en la mano. No se trabajaba mucho porque con esos inmensos recursos ¿para qué?, si todo se podía conseguir. Éramos felices y no lo sabíamos.
Entonces sucedió una debacle, una crisis sin precedentes, propiciada quizás por nuestra propia ineptitud. Al principio, los primeros síntomas de desequilibrio fueron las interrupciones de los servicios. Cualquier día, al disfrutar de un espectáculo musical fallaba la luz o al tratar de bañarnos faltaba el agua. No funcionaba el aire acondicionado. Los pasillos comenzaron a lucir estropeados, con huecos por todos lados y la alfombra despegada en muchas partes. Luego todo se puso peor; en los corredores comenzaron a atracar a la gente, robaban en los camarotes y había uno que otro secuestro. Los restaurantes dejaron de funcionar; por eso, en cada alojamiento la gente preparaba su propia comida. Comenzaron a escasear los alimentos; para conseguirlos se formaban inmensas colas en los puntos de abastecimiento. La estructura comenzó a deteriorarse; con manchas de óxido por todos lados, decoloración de la pintura y algunas partes rotas, signo claro de la falta de mantenimiento. Cada cierto tiempo había protestas y se estaban gestando focos de rebelión. En fin; desastre total, de una manera que ninguno de nosotros hubiera imaginado.
Para solucionar nuestras tribulaciones, los pasajeros del buque comenzamos a cambiar de capitán cada cierto tiempo. Nuestro actual oficial al mando es un hombre alto, con unos bigotes grandes; ex conductor de autobús.
Andando en nuestro barco entramos al océano de las tribulaciones. En este mar abundan unos témpanos inmensos que son un peligro para la navegación. Estos hielos están hechos de un gas sumamente volátil llamado ilusión. Bajo ciertas condiciones ambientales este gas se sublima a la inversa; o sea, se solidifica y flota a la deriva.

El liderazgo del jefe ha sido seriamente cuestionado porque ordenó navegar a alta velocidad, en una noche de niebla. El maneja el barco cómo si fuera un autobús y eso es muy peligroso. Cómo no tenemos radar porque se dañó, dependemos de unos vigías para tratar de ver cualquier obstáculo en la negrura de la tinieblas. Se supone que el panorama descrito era la receta perfecta para el desastre; pero lamentablemente pocos lo vieron.
El témpano surgió en la oscuridad de la noche de una manera imprevista. Uno de los vigilantes avistó el iceberg y en seguida alertó al puente de mando del peligro. Unos dicen que la mejor manera de superar el inconveniente hubiera sido girando hacia la derecha a fin de eludir el obstáculo. Otros más pragmáticos expresaron que lo mejor era ir por el medio, no importaba si chocaba; total, el buque estaba construido como el “Titanic”, con compartimientos estancos que a la hora de una colisión sólo unos cuantos se romperían, quedando el resto para hacer flotar el navío. El capitán ordenó girar hacia la izquierda, considerado por algunos, la peor decisión, porque el barco le pegó de lado al témpano, dañando la mayor parte del casco.
Ahora estamos en el medio del océano, dentro de un barco que hace agua. Cuando todos los habitantes del buque tratamos de ver el obstáculo que ocasionó nuestra desgracia sucedió algo insólito, el témpano se evaporó. El Iceberg está hecho de ilusión, un material sumamente sensible que se sublima, se convierte en vapor cuando intentamos ver la realidad; por eso, al rato del siniestro, el causante ya no estaba.
En nuestra desesperación buscamos ayuda. Un buque chino ofrece reflotarnos a cambio de convertir nuestro barco en un inmenso restaurant especializado en lumpias, arroz chino y chopsuí. Otro barco llamado F.M.I. (Flujo de Mierda Intencional) nos sugirió un posible socorro si convertimos nuestra embarcación en un gran prostíbulo con nuestras bellas mujeres trabajando como meretrices. Nuestro crucero hermano, un yate cubano, en vez de ayudarnos nos está mostrando el trasero (o sea, la popa), con intención de irse derechito con dirección norte, buscando un inmenso trasatlántico llamado Norteamérica.
Las ratas comienzan a tirarse del buque, señal inequívoca en cualquier navío de que éste se va a hundir. Muchos amigos del capitán, “los enchufados”, están pensando también en abandonar la embarcación, pero no lo dicen todavía porque los pueden considerar traidores al jefe.
Cuando el barco fue diseñado colocaron las lanchas de rescate junto a la cubierta superior, en donde la clase pudiente, los “boliburgueses” tienen fácil acceso. Los pasajeros de las cubiertas inferiores, los que tienen menos recursos, ven con angustia cómo los pocos botes salvavidas con los que cuenta el crucero no alcanzan para todos.
Ya basta!!; es suficiente, no debemos aceptar que otros hagan con nosotros lo que les dé la gana!!. Tampoco podemos resignarnos a quedar en el extremo del buque a esperar que éste se hunda, cual Rose y Jack en la película “Titanic”. Imposible quedarnos quietos cuando la banda musical comienza a tocar “alma llanera”, signo irrefutable del final.
No puede ser!!; es hora de tomar acciones. El barco se hunde, pero nosotros mismos podemos rescatarlo. Hay que cambiar al capitán o tirarlo por la borda y colocar a otro más sensato que sepa por lo menos dónde queda tierra firme. Somos muchos, tenemos fuerza; si la mayoría nos ponemos de acuerdo, es posible mantener el buque a flote hasta llegar a puerto, así sea cada uno con un tobo sacando el agua que nos inunda.
En mi vida navegando he visto con envidia a otros buques maravillosos que surcan los océanos. La mayoría son bellos, bien diseñados, en perfecto estado de funcionamiento. Muchos de esos grandes barcos trabajan con algo más que el combustible que los impulsa; tienen unos importantes aditivos para moverse con rapidez y eficiencia, se llaman disciplina, constancia, trabajo y superación.

Pasajeros de este barco llamado Venezuela; todo es posible, adelante sin miedo!!

El circo de las banderas rojas

    Al norte de la América del sur existe un gran espacio delimitado por las montañas, la selva y el mar; allí en una inmensa llanura, acariciada por el intenso calor del trópico está instalado un circo.
En su mejor momento esta carpa estuvo pintada con franjas de colores vivos, tan brillantes como las casas del barrio el Saladillo, en Maracaibo; o las lanchas peñeras de cualquier playa de la isla de Margarita. El frente, el borde del techo y la punta de los mástiles están abarrotados de muchas banderas rojas, grandes, pequeñas, solas o con estrellas.
La apariencia del toldo deja mucho que desear, en general luce deteriorado, con la pintura de sus franjas muy descoloridas y grandes espacios entre las costuras de la tela por donde se cuela el agua cada vez que llueve. Por dentro no es mejor, el limitado espacio de las graderías da cabida a cerca de ¡¡treinta millones de personas!!, quienes tienen que arreglárselas cómo puedan para mirar la función.
El espectáculo estuvo dirigido al principio por un presentador vestido de rojo que alternaba en cada número su indumentaria, de una chaqueta escarlata con cordones dorados pasaba a un uniforme camuflado verde y boina roja; cosa extraña en cualquier circo, pero que en éste ya era de lo más normal. Con frecuencia el maestro de ceremonias hacía el papel de encantador de serpientes o de flautista de Hamelín para embelesar con su música a parte de la audiencia; pero el acto más destacado que realizaba este hombre era el de payaso. El bufón producía la risa sin mucho esfuerzo, cada vez que se movía, tropezaba y caía; como la vez que estando ante la presencia de su majestad, la reina del imperio británico, Isabel II, se saltó todo el protocolo, la agarró por un hombro y le dijo ¿jaoaryiu?; la cara que puso la soberana fue de terror pues en actos oficiales nunca nadie la toca y este ridículo casi le agarra el culo!!.
Otra ocasión memorable de su actuación ocurrió la vez que en un “Aló presidente”, en cadena nacional, se puso a echar el cuento de un ataque de diarrea por el cual acabó con todo el papel toilette que había en el palacio de Miraflores. ¿Alguien habrá sopesado el impacto de semejante ocurrencia en la economía nacional?. Nada más hay que imaginarse el costo de tener a los medios de comunicación del estado más todos los del sector privado encadenados por un payaso diciendo que tapó una poceta del palacio de gobierno con mierda!!!, trajicómica la vaina.
Este maestro de ceremonias era loco pero no bruto, es allí en donde la oposición a su gestión, los “escuálidos” como los llaman, pedalearon y se cayeron feo.
Como todo tiene su fin; un día, uno de los leones del circo se escapó porque había escasez de carne y siempre se la pasaba hambriento. Cuando el animal vio al presentador del circo, seguro le pareció una comida deliciosa porque además estaba gordito. No tardó mucho el felino en tragarse al director del espectáculo; pero sucedió algo extraño, casi en seguida la fiera comenzó a convulsionar y a los pocos minutos murió. El dictamen del forense determinó que el león murió intoxicado porque la carne de su presa estaba envenenada; claro!!!, ahora se entiende, si alguien intenta envenenar la mente de las personas puede terminar padeciendo todo aquello que pregonó.
El sucesor del Jefe de pista es ahora un ex conductor de autobús, alias toripollo (cuerpo de toro, cabeza de pollo). A este artista del ruedo le interesa mucho darle a su audiencia -cómo decían en la antigua Roma- “Pan y circo”; a la gente de las tribunas les obsequia cotufas, papitas, maní y tostón para mantenerlos contentos mientras observan el grotesco espectáculo.

Todo circo posee muchas atracciones: animales, malabaristas, acróbatas, contorsionistas; pero en éste, cualquier semejanza con un espectáculo normal es pura coincidencia.
De los animales de este espectáculo destacan las focas, seres con mucha destreza pero muy poca inteligencia. Por extraño que parezca, estos individuos no pertenecen al grupo de los mamíferos, sino al de los rojos-rojitos representados en la Asamblea Nacional. Entrenados y dirigidos por el maestro de ceremonias, las focas aplauden a rabiar y menean la cabeza en señal de aprobación cada vez que se les pide su opinión sobre cualquier cosa. Las pocas veces que se les ocurre algo el propio jefe les dice que se vayan a lavar ese rabo pues el único que piensa es él!!.
Otros bestias sobresalientes son los loros, funcionarios públicos que repiten y repiten hasta el cansancio las consignas del partido; frases como “lacayos del imperio o traidores de la patria” son usadas a diestra y siniestra cada vez que se reúnen o son mostrados por los medios de comunicación. La verdad siempre sale a flote, estos burócratas sienten una pasión enfermiza por todo lo que venga del imperio “explotador y coñoemadre”, les fascina ir a un McDonal’s, ponerse un bluejean Levi´s o tomar Cocacola; pero lo máximo, el sueño dorado, es llevar a la familia algún día a Disneyworld, en la tierra de los “enemigos de la revolución”.
Parte distinguida de la función son los perros, los perros de la guerra, entrenados para ladrar a la menor provocación. Cualquier can del espectáculo tendría un equipo adecuado para presentaciones como aros para saltos o pelotas de equilibrio; estos perros son distintos, en su bizarro equipo destacan cosas como fusiles Kalasnikov, aviones Sukhoi o tanques T-72. Como dicen por allí, perro que ladra no muerde; a la hora de las chiquitas, los gringos, nuestros supuestos adversarios, tienen unos perros grandes, cruce de lobo con pitbull, bien entrenados ellos, que le daría un revolcón a cualquier perrito nuestro.
Otros animales del entretenimiento son las tortugas, ministros encargados del área económica, los cuales son unos verdaderos galápagos. En los últimos años el crecimiento de nuestro economía ha estado rondando el cero por ciento y ahora es negativo; de vez en cuando tienen la desfachatez de decir que hemos dado un “gran salto hacia adelante”; por supuesto, se entiende si lo da una tortuga, pues ésta después de dar muchas brazadas cree que ha avanzado mucho pero en realidad casi no se ha movido. Lo peor de todo es que insisten en llevarnos hacia “el mar de la felicidad”, fétido cuerpo acuático de color rojo, perteneciente al océano de la economía socialista, altamente contaminado con los desechos de Stalin, Mao tse tung  o Fidel Castro, en donde se han ahogado países como la Unión Soviética o la República Democrática Alemana.
Parte importante del bestiario artístico de la carpa son las ratas, animales peludos y repulsivos, dados a correr y morder con sus afilados dientes a la menor provocación. A ellos se les ha asignado un número llamado “justicia revolucionaria” que consiste en acusar a la gente así no haya hecho algo malo, a la vez que dejan libre a cuanto delincuente simpatizante del “proceso” encuentren. Lo insólito es cuando levantan cargos inexistentes, como los hechos en contra del señor que fue dueño de un conocido canal de televisión, por “ecocidio de especies naturales de nuestro país”. Al pobre hombre le hicieron un allanamiento en una de sus residencias en donde consiguieron rinocerontes, leones y jirafas disecados. Además de ratas son torpes porque a quién se le ocurre que el fruto de cacerías en áfrica son “especies de la fauna venezolana en vías de extinción”, por Dios!!!.

Algunos me llamarán ingenuo, pero tengo esperanzas, deseos de que algún día podamos cambiar al director del espectáculo para hacer de este circo algo digno de la tierra de Simón Bolívar. Sueño con algo así como el “Cirque du Soleil” versión tropical, una carpa bonita, grande, muy colorida, con espacio suficiente para todos; en donde cualquier venezolano pueda hacer lo que desee, se divierta y sea muy feliz. Algún día…..

lunes, 26 de enero de 2015

Chichiriviche en tres días, día tres

 Enero 13, Martes, Día 3
Amanece, me despierto temprano, son como las 6:30; otro día comienza.
Como todo el mundo sigue durmiendo a esta hora me dedico a tomar unas magníficas imágenes del complejo hotelero Islas del sol y sus alrededores.
Paisajismo y arquitectura, muy bello
De verdad este sitio lo hicieron con dedicación; la arquitectura es hermosa, los detalles insuperables, las zonas verdes, ¡preciosas! Me dijeron que el constructor de todo esto, un italiano, tenía un negocio de canteras de materiales nobles para la construcción. Todo aquí está recubierto en mármol y granito; pisos, paredes, topes y baldosas. Cuando este lugar fue inaugurado seguro costó una fortuna y es innegable que era de primera categoría pero ahora luce con deterioro; por ejemplo, la suite que nos tocó a Eneida, Chela, Andrea y a mí tiene cerca de la entrada de una de las habitaciones un enorme hueco en el cielo raso producto de una filtración de agua del techo. Al baño principal se le cuela líquido por alguna parte y luce mojado todo el tiempo. El segundo baño tiene un olor raro, como de alcantarilla, consecuencia quizás de algún tubo de ventilación obstruido. La cama principal tiene el soporte del colchón roto de un lado lo que ocasiona el hundimiento del lecho por esa parte. Es lamentable que ocurran estas cosas en nuestro país, así no se puede y más considerando que no es gratis sino bastante costoso; ¿entonces? Si queremos cambiar a Venezuela tenemos que comenzar por algún lado.
Piscina para niños en primer plano, el pueblo al fondo
A pesar de todo lo malo encontrado, creo que el espíritu de nuestras vacaciones está muy alto e ignoramos las cosas negativas; simplemente tratamos de seguir disfrutando y punto, no se puede hacer otra cosa.
El paisajismo en general está bien cuidado
Desayunamos y nos vamos derechito a otra de las piscinas (en total son cuatro aparte de las principales). El lugar en realidad tiene dos estanques, uno grande y otro pequeño. La piscina mayor es de tamaño regular con una construcción a un lado que imita piedra, la cual es soporte para un tobogán, una cascada grande y otra más reducida. La piscina menor es muy acogedora y recibe a la cascada más pequeña. Juego con Andrea a aguantar la respiración debajo del agua; me sumerjo y cuento hasta minuto y medio, ¡Carlos Coste*, avíspate porque te voy a ganar!
Piscina con cascadas y tobogán
Me convidan a la piscina pequeña: allí estamos casi todos. Agarro la primera cerveza del día, hago el ritual cervecero de rigor con mi “alto pana” Juampa. Disfruto de la fabulosa cascada y hago el comentario: “cuando sea millonario instalaré algo así en mi jacuzzi”, ¡de ilusiones también se vive!
Sombrillas tipo churuata junto a la piscina
Disfrutamos del agua y el sol toda la mañana cual delfines en un acuario. Se acaba el tiempo y no nos queremos ir.
Hora 2:50; con el hambre metida entre pecho y espalda, Neldy hace los preparativos del almuerzo. Surge un problema: sólo hay dos platos de cartón y no hay más; entonces tratamos de resolverlo de alguna manera. Hay la propuesta de salirnos del agua, ir a una de las suites, comer en los platos de la cocina (cada suite tiene una cocina equipada con todo), entregar la habitación e irnos. Queremos sacarle provecho al sitio hasta el último momento por lo que hay un cierto sentimiento de comer en la piscina como sea; entonces se me ocurre bajar los platos de la habitación a la mesa junto al estanque pero Neldy manda a decir con Aura: “devuelve los platos”. Me voy con los platos a la suite cual perro regañado y entonces surgen dos bandos, los que quieren comer arriba y los que quieren hacerlo abajo; no nos ponemos de acuerdo hasta que a alguien se le ocurre una solución salomónica muy sencilla, buscamos varios potes de plástico usados para llevar alimento y ¡listo!, solucionado; tenemos un almuerzo de tubitos de pasta con salsa de carne junto a la piscina, ¡rico!
Entregamos la habitación y nos vamos como a las 4:00.
Reflexiono por el camino, a pesar de todo fue maravilloso!!!! Que se repita digo, pero será para otra oportunidad.
Venezuela, nuestra tierra, es como una madre que nos da hasta donde puede, no nos niega nada; nosotros en cambio somos mezquinos, no le regresamos a ella lo que merece, lo que deberíamos darle. Lo menos que podríamos hacer en esta nación para conservar las bellezas de nuestros parques nacionales es preocuparnos por no contaminar las aguas, no arrojar basura por todos lados, no acabar con la vegetación, no construir sobre humedales y áreas protegidas. Pensemos que muchos países del mundo no tienen ni remotamente las bellezas del nuestro; tenemos en demasía y no lo apreciamos. Cuidemos a nuestro país tan bello; ¡que viva Venezuela!


*Carlos Coste, apneísta profesional venezolano

Chichiriviche en tres días, día dos

Enero 12, Lunes, Día 2
Hora 6:00 am; me despierta el Smartphone. Mientras llega la hora del desayuno contemplo el paisaje. Amanece y el día está bellísimo!!!; Admiro las bellas vistas del complejo turístico y del pueblo. Tomo muchas fotos con mi móvil. Nos reunimos todos en el restaurant para el desayuno. Este lugar es realmente hermoso, tiene muchos colores vivos como las lanchas peñeras o las ventanas de las antiguas casonas coloniales. Abunda la madera en vigas, columnas, ventanas, mesas y sillas, una belleza!!!!
El delicioso desayuno criollo en el restaurant
Tomamos el desayuno criollo: arepas, caraotas negras, queso blanco, cazón, “tajadas” (lonjas de plátano maduro) y “perico” (huevos revueltos), ¡todo exquisito!
Buscamos los bártulos para ir a la playa y nos reunimos en la parada del autobús; allí Neldy nos registra a todos en un tour hacia Cayo Muerto.
Hora 9:40; tomamos el bus con destino al embarcadero privado de Islas del sol; allí nos bajamos y tomamos una lancha peñera con rumbo a nuestro cayo. Ayudo a Aura a ponerse el salvavidas; es importante que estos adminículos estén bien colocados en todas las personas. Las lanchas peñeras son pequeñas; en caso de siniestro se hunden muy rápido, por eso es importante ir sobre seguros, uno nunca sabe.
En el bote hacia Cayo Muerto
El tránsito entre la costa y la isla es muy breve, creo que justo cuando estaba terminando de ajustarme el salvavidas llegamos!!!!.
Dicen que la primera impresión cuando uno conoce algo o alguien es la que cuenta. Aquí la primera imagen cuando toqué el embarcadero de nuestro islote fue espantosa; el cayo se llama muerto y a muerto olía pues toda la inmundicia recogida para ser llevada a tierra firme estaba colocada al frente del embarcadero de llegada. Por ley, dentro de nuestros parques nacionales no se pueden depositar desperdicios, entonces estos son llevados a tierra firme y arrojados a un vertedero. Por Dios!!!!, no puede haber un sitio peor para amontonar la basura en tránsito que este lugar, al frente de la entrada . Las autoridades de IMPARQUES, los responsables de este territorio, tienen que tomar medidas para trasladar el área de recolección de basura a otro lado y evitar esta muy desagradable imagen.
Bueno, superado el shock inicial, debo decir que la isla estaba bastante limpia, a pesar de haber terminado el día anterior la temporada alta.
Llegando a la playa
Todo el grupo se instaló en la playa en dos toldos con sus respectivas sillas. Cada quién se vistió, o mejor dicho, se desvistió con sus mejores galas para disfrutar del mar. Mi sobrina Ale se engalanó con un bello bikini de tonalidades verde y azul, es de destacar su figura, moldeada de tanto esfuerzo para bajar de peso, ¡bellísima! Mi hija Neldy llevó un traje de baño rojo con azul y pepitas blancas, muy hermoso. Andrea vistió un traje entero rosado fucsia, su mamá, Eneida otro semejante pero azul marino. Aura lució una espectacular figura con un muy destacado bikini, top de flores azul con rosado y pieza inferior en negro; ¡bella mujer! Juampa exhibió una bermuda de playa de color blanco con detalles en varios colores y franja de negro en el borde superior. Los demás, no tan jóvenes, como Chela y mi persona, vestimos a tono con la ocasión e hicimos un titánico esfuerzo para disimular barrigas, calva, arrugas y en general todos los estragos de la edad, pero pensándolo bien, ¡no estamos tan mal!, considerando que hay muchos otros convertidos en verdaderas ruinas!!!!, así que me digo ¡ánimo muchacho de otoño!
Nuestro campamento
Hora 10:30 de la mañana; Juampa y yo tomamos nuestra primera cerveza del día, una “polarcita” bien fría. Hacemos el saludo cervecero de rigor; tocando alternativamente las bases y los picos de las botellas. Brindamos “por los culos, por los panas, por los culos de los panas”.
Cayo Muerto forma parte de las islas del Parque Nacional Morrocoy. Las islas de este lado del parque son Cayo Sal, Cayo Pelón, Cayo Peraza y Cayo Sombrero.
Vista del mar desde el cayo
Este Cayo es pequeño pero muy bello. Las aguas aquí son tranquilas, muy transparentes, poco profundas, de un color verde esmeralda tirando hacia azul claro. La playa de este lugar tiene una pendiente muy ligera, arenas color beige suave; mucha vegetación de palmeras y matorrales. En un extremo de la isla hay bosques de mangles y dentro del mar arrecifes de coral con una amplia variedad de peces, crustáceos y moluscos. Basta con meterse al agua para apreciar muchos peces de colores, cangrejos, estrellas de mar y mucho más, hermoso!!!!!
El autor junto a su hija Neldy
1:00 pm; tomamos nuestro almuerzo, antipasto con Atún, muy sabroso. Pasa un vendedor de delicias del mar; compramos un plato de “vuelve a la vida” y otro de “rompe colchón”. Estas comidas de frutos del mar se preparan con camarón, mejillón, pulpo, ostras, pepitona y calamar; aderezados con pimentón, cebolla, vinagre, mucho limón y sal. “vuelve a la vida” y “rompe colchón” son comidas del mar famosos por ser afrodisíacos; o sea, elevadores de la excitación sexual y por lo tanto componente seguro de la luna de miel de parejas recién casadas. Para otras personas como nosotros, estos platos son una delicia, muy alimenticios e “impelables” cuando estamos a la orilla del mar.
"Casting" en la playa
Son las 3:00 de la tarde, todas las mujeres quieren que les tomen fotos; entonces con el montón de dispositivos de captura de imágenes que tenemos (smartphones y cámaras fotográficas) hacemos una sesión de modelaje en la playa. Cada una de las mujeres, desde la más alta hasta la más baja, desde la más joven hasta la de más edad posa cual casting para un concurso de belleza. El lema del momento debería ser “de aquí al miss Venezuela” pues esto sólo pasa en un país con tantas mujeres bellas.
La siempre bella Aura
Hora 3:50; toco la alarma pues a las 4:00 llega la lancha que nos viene a buscar. Grito “apúrense que nos dejan” y todos rápidamente desmontamos el campamento. Caminamos rápido hasta el embarcadero. Tomamos la lancha que nos devuelve a tierra firme y luego el bus que nos lleva al complejo turístico.
Dejamos todo el perolero en nuestros respectivos alojamientos y nos vamos rápidamente a sumergirnos de nuevo en el agua pero ahora en la piscina de olas. Parecemos animales marinos que necesitan estar dentro del agua todo el tiempo.
Juego al chapuzón con Andrea pero no es suficiente para ella, entonces me dice:” vamos a los toboganes de agua” y yo por supuesto le dije “ok, dale”. Subimos por la escalera del edificio de los toboganes. Hay dos niveles, el penúltimo da acceso a los toboganes cerrados con giro de 360º y frenado en una piscina larga y llana; el último nivel permite acceder a toboganes abiertos con dos giros de 360º y termina en una piscina con un chapuzón final. Le pregunto a uno de los encargados si hay alguna técnica para controlar la velocidad dentro del tobogán, él me dice: “si quiere bajar muy rápido se acuesta totalmente pero si quiere ir más lento basta con levantar un poco la espalda y la velocidad disminuye”; de acuerdo, dicho y hecho, me tiro del tobogán más arrecho, el de arriba y pruebo la técnica recomendada; entonces ¡voilá!, aguanto la respiración y me deslizo a una velocidad moderada hasta caer de manera muy elegante en la piscina, ¡divino!. Como estoy todo emocionado por el logro alcanzado, me tiro alternativamente junto con Andrea muchas veces. La adrenalina generada por tanto susto al caer me está haciendo efecto porque quiero más y más tirarme por los toboganes; como una docena de veces hasta que fue hora de regresar. Aura junto con Ale me dicen que se regresan y bueno, hasta la próxima vez; quedé con ganas de tirarme por lo menos el doble pero ya es hora de irnos.
Hora 8:15; La cena es de perros calientes, la cual según nuestra organizadora le toca a Ale y a Juampa.
Preparando los "perros"
En nuestro país los “perros” o hot dogs son una de nuestras tradiciones mejor cultivadas; somos expertos en el tema. Nada de simples salchichas dentro de un pan con un par de salsas estilo americano encima, nada que ver. En Venezuela el perro caliente lleva una amplia variedad de ingredientes. La salchicha es tipo Wiener o frankfurter; el pan tiene que ser hidratado y calentado en vapor de agua. Colocada la salchicha dentro del pan le pido a Juampa un perro “con todo”; entonces le echa repollo, papitas fritas, mayonesa, salsa de tomate, un poco de mostaza y finalmente, queso amarillo rayado muy fino. Cada quién se comió por lo menos dos “perros”.

Nos bañamos y ponemos lindos todos para ir al espacio recreativo y disfrutar de nuestra segunda noche del karaoke con bingo.
Mi sobrina Andrea
Terminado el espectáculo nos conminan a disfrutar de música bailable en la pista porque la disco está cerrada. Aura, Ale, Juampa y Neldy deciden echar un pie y bailar hasta tarde con un grupo de otros trasnochados, disfrutan “una y parte de la otra”.

Chichiriviche en tres días, día uno


Siempre comenzamos el año muy bien, con muchas expectativas e ilusiones, pero la rutina, las preocupaciones, el estrés, las obligaciones hacen muchas veces de nuestro lindo año una pesadilla; muchos  engendros nos atacan y mastican, revientan cada uno de nuestros nervios; toman nuestro cerebro y lo convierten en una papilla. Cuando creemos que esos monstruos nos van a deglutir y a acabar con nuestras vidas descubrimos que hemos llegado al final de año y por supuesto a las respectivas vacaciones, dándonos cuenta que por lo menos esta vez ¡hemos sobrevivido!
Para estar a tono de esta celebración por la existencia que hacemos los venezolanos una vez al año, mi hija planificó un viaje; casi todo pagado por su bolsillo y casi todo disfrutado por su familia y amigos.
El maravilloso periplo regalado por mi linda sucesora tuvo como epicentro el complejo turístico Islas del Sol en Chichiriviche, estado Falcón, tres días, dos noches de una experiencia inolvidable.
Enero 11, Domingo, Día 1
Me levanto a las 5:30 am, toco la puerta de mi hermana Eneida, que duerme plácidamente. Ella es mi mayor preocupación a esta hora, pues le cuesta llegar a tiempo a cualquier cita. Quedamos todo el grupo del viaje en vernos en casa de mi hija a las ocho de la mañana.
El grupo está formado por mi hija Neldy, su tía Chela, mi hermana Eneida, su hija Andrea, mis sobrinos Juampa y Ale, nuestra amiga Aura y mi persona.
Para gran sorpresa mía, todos estuvimos casi a la hora establecida en la casa de mi hija, incluyendo mi hermana. Digo casi a la hora porque fue quizás como a las 8:30 de la mañana pero tratándose de la hora venezolana, ¡estuvimos muy puntuales!
Organizamos todo, el equipaje, la comida y los pasajeros en dos vehículos, el Nissan de mi hermana y el compacto de mis sobrinos.
Preparando el carro de Ale con los peroles de la playa
Comienza el viaje, nuestro periplo inicia en Naguanagua, estado Carabobo; partimos en dirección hacia la costa por la autopista Valencia – Puerto Cabello.
Nuestra primera parada es en la población del Palito, crucero entre la vía costanera y la autopista que viene de Valencia. Allí nos detuvimos para comprar hielo, agua y desayunar. Este pueblo de orilla de mar, como muchas encrucijadas en nuestro país, tiene una variable oferta gastronómica para viajeros en tránsito. Aquí la nota son las empanadas (porciones pequeñas de carne, queso o pescado envueltos en una delgada lámina de masa de maíz y freído en aceite), el pescado frito y el hervido (sopa) de pescado. A esta hora estamos hambrientos; pedimos cada uno varias crujientes empanadas. Me como dos empanadas de cazón. Las empanadas de cazón tienen un lugar especial en todos los pueblos de costa en Venezuela. Este manjar gastronómico crocante y fragante se hace relleno con cazón fresco (pequeño tiburón).
Comiendo empanadas en el Palito
Reiniciamos nuestro viaje, llegamos a la costa, dónde se ve nuestro maravilloso mar Caribe, hermoso!!; viramos hacia el oeste, tomamos la autopista Morón – Puerto Cabello, pasamos junto a la siempre impactante refinería de el Palito; transitamos por Morón y su complejo petroquímico, siempre a poca distancia del mar. Seguimos por una carretera de dos carriles; en esta parte de la vía admiramos un gran espectáculo de la naturaleza, varios miles de cocoteros sembrados a ambos lados del camino, formando un inmenso bosque de palmeras. Siempre desde pequeño he admirado esta parte de la ruta, muy verde, tropical, impactante, misteriosa.
Bosque de palmeras

Llegamos a Boca de Yaracuy, pequeña población de un pedacito del estado Yaracuy que se asoma al mar. Tomamos ahora el par vial Morón – Tucacas, hermosa ruta de dos carriles por vía, con una gigantesca zona verde en el medio llena de cocoteros. En esta zona ha ganado la naturaleza, relegando el asfalto, los carros y la contaminación a una mínima expresión.
Entramos ahora al estado Falcón pasando por Boca de Aroa; aquí la autopista se compacta a cuatro carriles con estrecha isla al medio. Este sector se ha desarrollado mucho en los últimos años. A ambos lados de nuestro camino vemos inmensos edificios turísticos y centros comerciales; es de destacar el conjunto residencial Caribbean Suites, ¡grandioso!
Giramos hacia la izquierda por la vía perimetral de Tucacas, esto nos permite bordear al pueblo; seguimos hasta encontrarnos con la antigua carretera nacional, en este tramo de la carretera podemos admirar a nuestra derecha el imponente Parque Nacional Morrocoy. Es de resaltar una grandiosa muralla verde formada por el cerro de Chichiriviche, el cual se yergue en el medio del parque nacional y corta el mismo en dos grandes zonas, la de Tucacas al sur y la de Chichiriviche al norte; este imponente relieve se extiende hasta el borde mismo del mar y es una de las referencia obligadas de la región.
Llegamos a Sanare, población situada en la encrucijada entre la carretera nacional hacia Coro y la vía hacia San Juan de los Cayos. Vemos muchas ventas de “arepa pelá” (arepas de maíz procesado a la manera tradicional) y cocadas. Cruzamos en la “Y” vial de Sanare tomando por la derecha hacia la costa. Aquí nos encontramos con una carretera en proceso de reacondicionamiento, sin la capa de rodamiento, prácticamente de tierra. Maquinarias en la vía, mucho polvo y paciencia pues son muchos kilómetros a muy baja velocidad. El carro de mis sobrinos hace rato que no lo veo pues partió de primero y nos dejó “el pelero”.
Reacondicionamiento de la carretera después de Sanare
Llegamos al desvío hacia Chichiriviche, frente a ciudad Flamingo; aquí hay ventas de artesanías venezolanas como chinchorros (hamacas), muy lindas todas. Giramos hacia la derecha y entramos a la calle Zamora, vía de entrada hacia Chichiriviche. Esta carretera fue construida en un terraplén en el medio de una laguna de agua salada o albúfera. A nuestra derecha se divisa el refugio de fauna silvestre de Cuare, zona de reproducción de flamencos y corocoras rojas.
Llegamos!!!!
Son las 11:40 de la mañana y ¡por fin! Llegamos a Islas del sol. Hace calor, me tomo la primera cerveza con mi sobrino Juampa. Tenemos que registrarnos; somos conducidos a una recepción en donde nos recibe una guía y promotora de ventas. Nos dan una fastidiosa charla para motivarnos a comprar una participación en el club de playa. Nos parece un abuso que después de pagar un realero por la estadía tengamos que calarnos una promoción de ventas como si nuestro tiempo no valiera nada; pero bueno, a las mil quinientas nos llevan por un tour a conocer las instalaciones.
Mi querida hermana Eneida junto a los jardines
Interesante, imponente grande para mi conocimiento, amplio, serían esas las palabras para describir el complejo turístico. Nos llevan por la piscina de olas, los toboganes de agua, la discoteca, la laguna, el restaurant, la concha acústica, los bloques de alojamiento y las piscinas, cuatro bellas y hermosas albercas con todo lo que uno pueda imaginar.
Andrea, Neldy y Ale en el Interior de la disco en remodelación
Me impresionó muchísimo la discoteca, o mejor dicho, el edificio que aloja a varias de ellas. Es una construcción cuya superficie imita una montaña de piedra. A un lado de la entrada principal, la escultura de una india de cuatro pisos de altura nos recibe. La aborigen, muy atractiva ella, tiene una faldita corta. Tengo una gran curiosidad, me coloco justamente debajo de la escultura y entre sus piernas; miro hacia arriba con la esperanza de ver algo realmente interesante pero lo único que observo es un guayuco pintado en el lugar donde debería estar una magnífica vista y pienso para mis adentros: “Nelson, ¡cómo se te ocurre!”. Todo el sitio está en proceso de remodelación pero aun así se ve impresionante. La temática de este lugar es el encuentro de dos mundos, la llegada de Colón al continente americano; abundan referencias tanto a los europeos como a los indígenas.
Hora 3:00 pm; mientras nos dan las habitaciones vamos hacia una de las piscinas, instalados allí, almorzamos. El menú preparado por Neldy indica ensalada rusa con atún y pan preparado por Nelson. Tomo la segunda cerveza y devoro el lunch, ¡que hambre tengo!
Neldy junto a una de las piscinas justo antes del almuerzo
Asignadas las habitaciones nos vamos derechito a la piscinola, grandiosa y tibiecita; divino sitio con olas artificiales, recubierta de cerámica azul, muy bella ella.
Disfruto ahora junto a mi sobrina Andrea de los toboganes de agua; soy un verdadero fanático de estos lugares. Me lanzo del primer tobogán, caigo a mucha velocidad, trago bastante líquido en la bajada pero lo bueno estaba al final, desciendo finalmente en una piscina y allí parece que me la bebí toda. ¡No puede ser!, Experto en toboganes de agua y me pasa esto, debo estar fuera de forma pero no importa, tengo tiempo de sobra para aprender a bajar con estilo.
Eneida, Neldy, Juampa y Andrea en la piscina de olas; al fondo los toboganes de agua
Hora 7:30 pm; hace frío, nos retiramos hacia nuestros alojamientos. Después del baño y ponernos bonitos preparamos la cena, arepas con jamón y queso preparadas por Neldy y Chela.
Para cerrar con broche de oro este día nos vamos hacia la concha acústica como a las 10 de la noche para ver un show de karaoke con bingo, animado con un fabuloso artista. La experiencia es fascinante con el añadido del premio ganado por Chela jugando bingo. ¡Cuatrocientos millones!, como decía el animador, cuatrocientos Bolívares en realidad, no mucho, pero suficiente para estar orgullosa de haber ganado algo.
Chela con su premio de "400 millones"
Hora 1.00 pm; veo las noticias en la TV. Al fin nos vamos todos a la cama. De verdad no estoy tan cansado para el trajín de este día. Siento que estoy como acelerado, podría pasar toda la noche haciendo cualquier otra cosa pero ya está bueno, mañana nos espera la playa y hay que descansar.